miércoles, 14 de junio de 2017

Destructor

Sobre la inmoralidad sexual casi no se habla en la iglesia ni en la familia; aunque se sabe que hay mucha necesidad de saber acerca de este asunto. La inmoralidad sexual incluye: masturbación, homosexualidad, promiscuidad por elección, incesto, abuso, adulterio, fornicación, bestialismo, fantasías sexuales, pornografía, revistas y programas de televisión obscenos. Son actos ilícitos que están destruyendo los hogares, sometiendo tanto a niños como a adultos, y por consiguiente, a naciones enteras.

De acuerdo a lo que Jesús enseña, la impureza sexual comienza antes de actuar en la inmoralidad; crece en actitudes del corazón. "Moisés también dijo: " No sean infieles en su matrimonio". Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón" (Mateo 5,27,28).
Es muy común que el acto de entretener pensamientos y deseos sucios, conlleve cometer pecado. Ahora, una vez que el acto físico ha sido cometido, resulta en una ligadura del alma; y esto es más profundo de lo que algunas personas piensan. Por eso, Pablo dice: " Ustedes saben que cada uno de ustedes forma parte de la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. No está bien que una parte de ese cuerpo, que es la iglesia de Cristo, se junte con una prostituta, pues al tener relaciones sexuales con ella, se hace un solo cuerpo con ella. Así lo dice la Biblia: " Los dos serán una sola persona.... No tengan relaciones sexuales prohibidas. Ese pecado le hace más daño al cuerpo que cualquier otro pecado"( 1 Corintios 6,15-18).
Aunque hayan pecados como la embriaguez, que afecta el cuerpo, el apóstol dice que ni siquiera este pecado afecta tan extensa o destructivamente como la inmoralidad. ¿ Por qué ? Por que afecta directamente el cuerpo. Por lo tanto, una persona recoge las consecuencias de este pecado en el propio cuerpo.
Cuando se lleva a cabo el acto sexual ilícito, no solamente se hace una ligadura en el alma, sino también, se vuelve una sola carne con la otra persona; y todos los espíritus e influencias malas que esa persona tenga, pasan a la otra y viceversa. El apóstol Pablo es tan estricto con la inmoralidad sexual que dice: " Ustedes son parte del pueblo de Dios; por eso, ni siquiera deben hablar de pecados sexuales, ni de indecencias...No digan vulgaridades " (Efesios 5,3)

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